Grados, posgrados, masters, cursos… Tenemos tantas cosas al alcance de nuestra mano que parece imposible saber por dónde empezar a elegir. Antes de nada, quitemos presión al asunto: no hay una opción correcta. Pero, en función de nuestro estilo de vida, hay que tomar una decisión esencial: ¿estudiar online o ir a clase?
Clases presenciales: ¿un lujo?
No todo el mundo puede permitirse ir a clase; mucho menos ser estudiante full-time. Si tienes la suerte de tener el tiempo y la financiación (¡siempre atentos a las becas!), tener a un profesor explicándote la materia puede ser un lujo.
Ir a clase te marca los tiempos de estudio, y haber escuchado la lección hace que el trabajo de memorización sea mucho más sencillo.
Tampoco hay que despreciar el factor social: la universidad te da la oportunidad de hacer amigos con tus mismos intereses. Entre alumnos se crea un microclima de solidaridad y confianza que no surge en otros sitios.
Pero seamos realistas: de vez en cuando no es raro tener la sensación de que hay clases que son una pérdida de tiempo y que podrías estudiarlas por tu cuenta solo con los apuntes. Cuando el profesor es aburrido o se limita a leer las diapositivas, te preguntas por qué te molestaste en vestirte esa mañana.
¡Pero la satisfacción de tener una clase buena! Cuando te encuentras a un profesor apasionado por lo que hace, que te contagia un amor que nunca sospechaste que sentirías por la literatura medieval o la química inorgánica… Ahí habrá merecido la pena.
Estudiar online: yo me lo guiso, yo me lo como
Lo bueno y lo malo de estudiar a distancia es que todo depende únicamente de ti y tu organización. Tú decides cuándo y dónde estudiar, y puedes compaginarlo con cualquier trabajo. No necesitas adaptarte al ritmo de la clase: no pierdes el tiempo con un profesor explicando cinco veces el mismo problema porque un alumno no lo ha entendido.
Tener éxito está en tus manos, siempre que tengas unos buenos apuntes. Gracias a internet, puedes utilizar webs donde puedes encontrar de manera gratuita documentos de cualquier universidad. También puedes buscar la solidaridad estudiantil en foros y grupos de Facebook e incluso matricularte en alguna universidad a distancia como las que te proponen nuestros asesores expertos en másters.
Sin embargo, no siempre es fácil: hay que ser organizado, constante y tener mucha fuerza de voluntad. Hay que hacer plannings precisos… y cumplirlos. Ser consciente de que no se puede estudiar a última hora; es una carrera de fondo.
La clave, como siempre, es elegir algo que te gusta: entonces dará igual que vayas a clase o estudies a distancia: el éxito será tuyo. Y da igual en qué universidad estudies, siempre puedes encontrar los apuntes online.
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