El método Montessori de educación es una forma única de formación temprana. Se ha integrado con éxito en el plan de estudios de muchas escuelas públicas y privadas, pero, en su forma real, este método de educación enfatiza el aprendizaje y el descubrimiento dirigido por los niños.
En pocas palabras, Montessori es un método científicamente fundado para educar a los niños basado en la creencia de que su formación debe construirse para desarrollar todos los aspectos de un niño: social, emocional, físico y académico.
¿Por qué? Porque cada niño posee las habilidades, capacidades y cualidades innatas para alcanzar su máximo potencial. Incluso desde una edad temprana, los pequeños tienen una asombrosa capacidad de independencia y de hacer crecer sus facultades físicas, intelectuales y emocionales hasta su máxima expresión.
Otro aspecto único del método Montessori es que hace hincapié en un entorno de aprendizaje adaptado a las necesidades y capacidades específicas de cada infante.
Principios del método Montessori
El método Montessori está diseñado en torno a un determinado conjunto de principios derivados de las filosofías sobre cómo piensan y aprenden los niños. Estos principios incluyen lo siguiente:
Trabajo dirigido por niños
Lo primero, y quizás lo más importante, que debes entender sobre la educación Montessori es que el objetivo no es llenar la cabeza del niño con datos para que pueda aprobar un examen.
Si bien estamos de acuerdo en que cultivar y expandir el conocimiento de un niño es increíblemente importante, también creemos que los hechos son solo una parte del conocimiento que un niño puede y debe cultivar a medida que crece y se desarrolla.
Con este fin, el método Montessori alienta a los niños a experimentar la «libertad con límites», que también puede describirse simplemente como » trabajo dirigido por niños «.
Cada día, los maestros Montessori les dan a sus alumnos alguna opción de actividad. Los estudiantes tienen la oportunidad de elegir una actividad que capte su interés o atención personal y luego, una vez que se ha elegido una actividad, permiten que el niño dedique mucho tiempo a lo que eligió.
En algunos casos, el niño puede estar trabajando en su actividad de forma independiente. En otros casos, pueden formar equipo con otros estudiantes que comparten su curiosidad sobre ese tema o actividad en particular. Juntos como equipo, descubren, aprenden y crecen a través de la exploración.
En un salón de clases Montessori, esto significa que no encontrarás a un maestro apurando a un niño en una tarea o poniendo restricciones de tiempo en la exploración de un concepto.
También significa que no es probable que todo el grupo aprenda lo mismo al mismo tiempo. En cambio, es más probable que veas pequeños grupos de niños trabajando en varias actividades diferentes simultáneamente.
Y, en lugar de pararse frente al salón dirigiendo la clase, es más probable que encuentres al maestro yendo de un grupo a otro de estudiantes, respondiendo sus preguntas y ayudándolos en su exploración.
La mente absorbente
Un niño pequeño es naturalmente un aprendiz ansioso y altamente capaz que puede absorber una cantidad significativa de su entorno. Es por eso que sus años de preescolar y primaria son un momento tan crítico para exponerlos a tantas experiencias, conceptos y lecciones como sea posible.
El momento ideal para inscribir a un niño en un programa Montessori es durante su etapa de niño pequeño, entre los 16 y los 32 meses. ¿Por qué tan joven? Aunque el aprendizaje es un concepto de toda la vida, el cerebro de un niño pequeño es similar a una esponja: absorbe todo a su paso. No hay mejor momento para comenzar a fomentar su inclinación natural a explorar el mundo que les rodea.
A medida que los niños continúan con el plan de estudios Montessori en la escuela primaria, el énfasis en la exploración y el descubrimiento continúa, pero se guían por la necesidad del niño de saber «por qué» está sucediendo algo.
Con un enfoque significativo en la sociedad y la naturaleza, el plan de estudios de la escuela primaria está diseñado para incorporar materias básicas tradicionales como matemáticas, lectura, historia y ciencias, pero también está diseñado para permitir que los niños se pregunten por qué las cosas son como son y exploren cómo esas cosas impactan en su vida diaria.
El método Montessori también tiene un fuerte énfasis en la responsabilidad personal y los conceptos prácticos, como la gestión del tiempo y la limpieza del espacio personal.
Períodos sensibles para el aprendizaje
Muchos padres no se dan cuenta de que el crecimiento de su hijo se lleva a cabo a través de cuatro etapas o planos de desarrollo con base científica, y cada una de estas etapas tiene diferentes necesidades dentro del ciclo de aprendizaje.
Entonces, en lugar de adaptar un sujeto para que «encaje» en una cierta edad o etapa, la teoría Montessori dice que el enfoque educativo en sí mismo es lo que debe cambiar para adaptarse a cada etapa.
Los maestros Montessori reciben capacitación especial para reconocer y nutrir estos períodos sensibles, maximizando la oportunidad de ayudar a los niños a aprender en el momento en que pueden recibirlo de manera más efectiva.
Por ejemplo, los jóvenes estudiantes pueden aprender conceptos matemáticos pasando tiempo contando bloques de madera. Luego, a medida que se sientan más cómodos contando, su maestro puede guiarlos hacia los conceptos básicos de sumar y restar bloques, en lugar de pasar directamente al método tradicional de repartir hojas de trabajo o memorizar la idea de que 2+2=4.
Un entorno preparado
En una escuela Montessori, el ambiente de clase está cuidadosamente diseñado para hacer del aprendizaje una experiencia. El método no cree que el aprendizaje provenga de la memorización de hechos; en cambio, utiliza una amplia gama de materiales especializados que permiten que el niño aprenda con niveles crecientes de abstracción.
Estos materiales imparten conceptos complejos, mientras que el niño disfruta de su uso y manipulación, a través de la guía de un maestro certificado.
Lo interesante de un salón de clases Montessori es que este diseño se crea con la intención de que los niños pasen sus días aprendiendo y explorando el entorno del salón de clases.
«Preparado» nunca significa restringido, y los maestros se esfuerzan por brindar espacios abiertos y seguros para que los niños descubran y exploren a lo largo del día. Nunca verás un salón de clases Montessori con lugares que estén «fuera de los límites» para un niño o elementos que no puedan tocar.
Esta es también la razón por la que se enfatiza los grupos de edades múltiples. Después de todo, hay más en el ambiente del salón de clases que los materiales en los estantes o las imágenes en las paredes. Cuando los niños de diferentes edades y habilidades trabajan juntos, parte de su descubrimiento proviene simplemente de sus interacciones entre ellos.
Independencia y descubrimiento
El método Montessori también reconoce que cada niño es diferente y, por lo tanto, sus intereses y necesidades educativas también variarán. Se hace hincapié en un enfoque individual que permite a los maestros descubrir y desarrollar actividades y experiencias de aprendizaje que siguen las necesidades y preparación específicas de cada niño.
Con el tiempo, estos principios fomentan la autoestima, la independencia, la exploración y la creatividad, las claves para promover en última instancia la alegría y el amor por el aprendizaje.
El aprendizaje dirigido por el niño significa que el niño está dirigiendo su tiempo de aprendizaje. En lugar de incrementos dirigidos de 30 minutos para una actividad o tarea, los niños tienen bloques de tiempo más largos para participar en actividades que cubren temas y cosas que les interesan. Estos bloques de tiempo más largos les dan a los niños el espacio que necesitan para hacer descubrimientos y dominar nuevos conceptos.
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