
Madrid.- Durante los últimos tres o cuatro años el Big Data fue la gran moda que irrumpió en los anuncios de empleo. No obstante, lo que comenzó como una novedad rodeada de incógnitas y apenas la idea de que el término se refiere a la gestión de datos informáticos, en 2016 es la disciplina más buscada dentro del sector de la Innovación y Tecnología (IT), de acuerdo con la consultora especializada en recursos humanos Adecco.
El Big Data ha dejado ser una moda. Es un área que -como todo lo que surge en el ámbito de la tecnología- avanza a la velocidad con la que se incorporan las innovaciones e introduce nuevas y mejores formas de hacer las cosas. Y las empresas han sabido sacar partido de lo que ofrece: información útil de grandes volúmenes de datos procedentes de múltiples fuentes, como redes sociales, formularios, correos electrónicos, señales de móvil, buscadores web, aplicaciones móviles, entre muchas otras que se disimulan entre el ritmo de la cotidianidad y que revelan los hábitos de los usuarios.
La gestión de datos como fuente de información no es algo que haya surgido con el Big Data; ya existía desde mucho antes, la diferencia con la nueva metodología de trabajo es que implica el análisis de volúmenes de datos mucho más elevados de los habituales, pero sobre todo, la velocidad en que son tratados. También incluye la variedad de las fuentes y la veracidad de la información. Una palabra más con uve sella el beneficio de la metodología: valor.
Como el tiempo es dinero, la rapidez deja mejores beneficios a los que sacan información antes. Se trata de una carrera por conocer lo que los clientes quieren para satisfacerlos en tiempo récord, incluso, adelantarse a pensar lo que podría gustarles. Saber más facilita la toma de decisiones.
Poder ofrecer productos y servicios en función de los hábitos es uno de los usos que ha impulsado el auge de los datos masivos, así como la posibilidad de desarrollar mecanismos internos para optimizar los recursos, ahorrar en costes y proponer medidas correctivas son otros de beneficios para la empresa que -también- cuanto antes se apliquen, mejor.
Los inicios del Big Data estuvieron marcados por desaciertos que llevaron a dudar sobre su eficacia. Quizás por efecto subidón de una moda que propiciaba la “necesidad” de aplicar procesos de análisis a cantidades de datos que no los ameritaban.
Ante ese panorama, las escuelas de negocios en conjunto con las empresas han sido fundamentales para estructurar esta disciplina incipiente. A partir de las experiencias buenas y malas, que para el campo de la formación siempre son buenas porque permiten la revisión, se han desarrollado temarios específicos, orientados a satisfacer las necesidades de la realidad del análisis de la información.
El enfoque práctico de la formación de las business schools le ha dado la delantera en cuanto a la oferta de programas especializados en las modalidades presencial y online, frente a las universidades, que ya comienzan a incluirlos.
Las solicitudes de asesoramiento en cuanto a formación en Big Data que recibe Mundo Posgrado como portal especializado en máster están relacionadas con la demanda por parte del mercado laboral del perfil de experto en Big Data, pero también por el interés que despierta la remuneración que ofrece el sector, que va de entre 50.000 y 60.000 euros brutos anuales.
La formación de máster suma al perfil tecnológico del área una visión de negocio, con competencias del management. El valor de los datos también ha llevado a la creación de perfiles como los de Business Intelligence, Business Analytics y Data Science enfocados en el aprovechamiento desde el punto de vista económico de la información que se genera a través del Big Data.
Mundo Posgrado ofrece de manera gratuita información, opiniones y asesoramiento sobre los mejores programas de máster y posgrado en Big Data en las modalidades online y presencial, así como de los estudios relacionados con los negocios enfocado en el área. En función del perfil académico y profesional del solicitante, un asesor académico realiza una evaluación de las titulaciones y centros de formación que más se ajusten a las necesidades del alumno en cuanto a temario, precios, titulación y, sobre todo, al objetivo profesional.