¿Conoces las ventajas del ejercicio en pacientes con cáncer? El cáncer es una enfermedad con una incidencia elevada. Si bien es cierto que los porcentajes de supervivencia de la misma se han duplicado en los últimos años.. Aunque el tratamiento médico, como la cirugía, la quimioterapia , la radioterapia o la inmunoterapia, sigue siendo la base en la lucha contra el cáncer, cada vez se reconoce más el papel fundamental que desempeñan otras intervenciones coadyuvantes, como el ejercicio físico, en el bienestar de los pacientes.
En este artículo, exploraremos las ventajas que el ejercicio en pacientes con cáncer puede aportar en su proceso de recuperación y calidad de vida. ¡Te contamos!
Mejora de la tolerancia al tratamiento a través del ejercicio en pacientes con cáncer
Uno de los principales desafíos que enfrentan los pacientes con cáncer es la tolerancia a los tratamientos agresivos, como la quimioterapia. El ejercicio en pacientes con cáncer puede ayudar a mejorar la aptitud física, tanto a nivel neuromuscular como a nivel cardiorrespiratorio, lo que puede hacer que el tratamiento sea más tolerable. Los pacientes que se mantienen activos a menudo experimentan menos efectos secundarios y se recuperan mejor de ellos.
Reducción del estrés y la fatiga
El diagnóstico de cáncer y el tratamiento pueden generar una gran cantidad de estrés y disrupciones a nivel psicológico. El ejercicio regular libera endorfinas, hormonas que promueven la sensación de bienestar y reducen el estrés. Los pacientes que incorporan el ejercicio en su rutina advierten una mejor calidad de vida y una actitud más positiva hacia su enfermedad. Además, uno de los efectos secundarios que más aparece en los pacientes oncológicos es la fatiga crónica asociada al cáncer, que supone una limitación importante en la calidad de vida de los mismos. Existe evidencia científica clara que indica que el ejercicio físico es beneficioso para mejorar este efecto secundario.
Mejora de la función cardiorrespiratoria
El ejercicio aeróbico, como caminar, nadar o andar en bicicleta, puede mejorar significativamente la función cardiorrespiratoria de los pacientes con cáncer. Esto es especialmente beneficioso, ya que algunos tratamientos contra el cáncer pueden afectar el sistema cardiovascular. Un sistema cardiovascular más saludable puede ayudar a los pacientes a enfrentar mejor los retos del tratamiento y la recuperación.
Control del peso corporal
Asimismo, se conoce que diferentes tipos de cáncer pueden estar asociados a perfiles de obesidad o sobrepeso. Mantener un peso corporal saludable es básico para buscar la prevención de la enfermedad, pero también para los pacientes con cáncer, ya que el exceso de peso puede aumentar el riesgo de complicaciones y recurrencia. El ejercicio en pacientes con cáncer puede contribuir al control del peso, lo que a su vez permite mejorar los resultados a largo plazo y la calidad de vida.
Fortalecimiento del sistema inmunológico
Además, el ejercicio físico también puede fortalecer el sistema inmunológico, lo que hace que nuestro cuerpo tenga las barreras contra las células tumorales más activas y efectivas. Un sistema inmunológico robusto es fundamental en la lucha contra el cáncer.
Fomento de la independencia y la autoestima
Por otro lado, estar activo a través del ejercicio puede ayudar a los pacientes a mantener su independencia funcional durante y después del tratamiento. Esto puede tener un impacto positivo en la autoestima y la confianza en sí mismos, lo que es importante para una actitud positiva en la lucha contra el cáncer.
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El aumento en el número de casos de cáncer refleja la demanda creciente de la sociedad por contar con más profesionales especializados en el tratamiento de los posibles desafíos relacionados con esta enfermedad, así como expertos en las posibles estrategias para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
De ahí que el ejercicio en pacientes con cáncer ofrece una serie de ventajas que pueden contribuir de manera significativa a su bienestar general y calidad de vida. Siempre es oportuno consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, especialmente si se está recibiendo tratamiento para el cáncer. Sin embargo, la evidencia respalda cada vez más la idea de que la actividad física debe ser considerada como una herramienta complementaria en el tratamiento integral del cáncer.