Cuando hablamos del sistema judicial español, dos figuras clave son el abogado y el procurador. Aunque a menudo se les menciona en el mismo contexto, sus funciones y responsabilidades son distintas. Si estás considerando una carrera en el ámbito legal, es crucial que entiendas bien estas diferencias y el tipo de formación que te permitirá destacar en cada rol.
En este artículo, analizaremos las diferencias entre abogado y procurador, sus principales funciones y la formación recomendada para cada uno de estos perfiles. ¡Sigue leyendo y descubre cuál de estas dos profesiones se ajusta más a tus intereses!
¿Qué es un abogado?
Un abogado es un profesional del derecho que se encarga de asesorar y representar a personas, empresas o instituciones en temas legales. Su función principal es defender los intereses de su cliente ante los tribunales o en cualquier otro ámbito en el que se requiera una intervención legal. Los abogados pueden especializarse en distintas áreas, como derecho penal, civil, laboral, administrativo o mercantil, lo que les permite ofrecer un servicio ajustado a las necesidades de sus clientes.
En el ejercicio de sus funciones, el abogado no solo defiende a sus representados en juicio, sino que también ofrece asesoramiento previo, redacta contratos, realiza negociaciones y se encarga de todo el proceso de análisis y resolución de conflictos legales.
Formación recomendada para ser abogado
Para ejercer como abogado en España, es necesario contar con una sólida formación académica. El primer paso es obtener el Grado en Derecho, que proporciona los conocimientos teóricos y prácticos sobre el ordenamiento jurídico. Sin embargo, esta titulación no es suficiente por sí sola para ejercer.
El siguiente paso es realizar un máster habilitante, como el Máster Oficial en el Ejercicio de la Abogacía de UNIR, que no solo te preparará para la prueba de acceso a la abogacía, sino que también te proporcionará las habilidades necesarias para desempeñarte con éxito en esta profesión. Esta formación te capacitará para comprender en profundidad los procedimientos judiciales, así como las distintas áreas del derecho que un abogado debe dominar.
¿Qué es un procurador?
El procurador es un profesional del derecho que actúa como intermediario entre los abogados y los tribunales. Su función principal es representar a las partes ante el juzgado y asegurar que todos los trámites judiciales se realicen de manera correcta y dentro de los plazos establecidos. Aunque el abogado es el encargado de la defensa jurídica, el procurador se encarga de la representación formal en el proceso.
En pocas palabras, el procurador se asegura de que el procedimiento judicial avance de manera adecuada, gestionando notificaciones, citaciones, escritos y otros documentos procesales que son fundamentales en cualquier litigio. También es responsable de mantener informados a los abogados sobre el estado del proceso judicial.
Formación recomendada para ser procurador
Para convertirse en procurador en España, también es necesario tener el Grado en Derecho. A diferencia de los abogados, no es obligatorio realizar un máster habilitante, aunque contar con estudios de posgrado puede ser un valor añadido. Existen másteres y cursos especializados en derecho procesal que son de gran utilidad para los futuros procuradores, ya que les permiten entender en detalle el funcionamiento de los procedimientos judiciales.
Diferencias entre abogado y procurador
A primera vista, las funciones del abogado y el procurador pueden parecer similares, ya que ambos trabajan en el ámbito jurídico y representan los intereses de sus clientes ante los tribunales. Sin embargo, hay diferencias clave que los distinguen:
- Función principal: El abogado defiende los derechos de su cliente y brinda asesoría jurídica, mientras que el procurador gestiona los trámites judiciales y representa a las partes formalmente en el proceso.
- Contacto con el cliente: El abogado suele ser quien tiene contacto directo con el cliente, mientras que el procurador actúa principalmente ante los tribunales y con el abogado.
- Especialización: Los abogados tienden a especializarse en diferentes áreas del derecho (civil, penal, laboral, etc.), mientras que los procuradores están más enfocados en el derecho procesal y el cumplimiento de los procedimientos judiciales.
- Intervención en el proceso judicial: El abogado puede participar en todas las fases del proceso, desde el asesoramiento previo hasta la defensa en juicio. El procurador, por su parte, interviene principalmente en la fase procesal, asegurando que todo se realice conforme a la normativa.
¿Cuál es la mejor opción para ti?
Tanto el abogado como el procurador son piezas básicas en el sistema judicial español, pero con roles claramente diferenciados. Si te atrae la idea de representar a los clientes, defender sus derechos y participar activamente en juicios, el camino del abogado es ideal para ti. Por otro lado, si te interesa más la gestión procesal y el seguimiento de los trámites judiciales, la carrera de procurador puede ser la mejor opción.
Si decides inclinarte por la abogacía, recuerda que una formación especializada y completa es esencial. Programas como el Máster Oficial en el Ejercicio de la Abogacía de UNIR te permitirán adquirir las competencias necesarias para superar la prueba de acceso y destacar en el competitivo mercado laboral del derecho. ¡Elige la opción que más se ajuste a tus metas y comienza tu carrera en el mundo jurídico!