¿Conoces los 10 principios de la usabilidad de Jakob Nielsen? En el mundo digital, donde la interacción con interfaces y plataformas es una constante, la usabilidad se ha convertido en un factor determinante del éxito. Un diseño intuitivo, fácil de usar y que satisfaga las necesidades del usuario es la clave para diferenciarse en un mercado competitivo.
En este artículo, nos embarcaremos en un viaje para comprender los 10 principios de usabilidad establecidos por Jakob Nielsen, uno de los referentes más importantes en este ámbito. A través de ejemplos concretos, tanto de buena como de mala experiencia de usuario, analizaremos cómo aplicar estos principios para crear interfaces que enamoren a los usuarios. ¡Sigue leyendo!
¿Cuáles son los 10 principios de la Usabilidad de Jakob Nielsen?
Visibilidad del estado del sistema
Ejemplo de mala experiencia: Un usuario accede a una tienda online y realiza una compra. Al finalizar el proceso, no recibe ninguna confirmación ni información sobre el estado de su pedido, generando incertidumbre y frustración.
Ejemplo de buena experiencia: Al realizar la misma compra, el usuario recibe un mensaje de confirmación con el número de pedido y un enlace para rastrearlo en tiempo real. Además, se le envía un correo electrónico con los detalles de la compra y la fecha estimada de entrega.
Relación entre el sistema y el mundo real
Ejemplo de mala experiencia: Un cajero automático presenta una interfaz compleja con iconos poco intuitivos y lenguaje confuso, dificultando la realización de operaciones simples como retirar dinero o consultar el saldo.
Ejemplo de buena experiencia: El mismo cajero automático ofrece una interfaz sencilla con iconos claros y un lenguaje natural, guiando al usuario paso a paso a través de las diferentes operaciones.
Control y libertad del usuario
Ejemplo de mala experiencia: Un sitio web obliga al usuario a crear una cuenta para acceder a contenido o realizar compras, incluso si solo desea consultar información general.
Ejemplo de buena experiencia: El sitio web permite al usuario navegar libremente por el contenido y acceder a la mayoría de las funcionalidades sin necesidad de registrarse. La opción de crear una cuenta se presenta como un beneficio adicional, no como una obligación.
Consistencia y estándares
Ejemplo de mala experiencia: Una aplicación móvil utiliza diferentes estilos de menús, botones y tipografías en cada pantalla, generando confusión y dificultando la navegación.
Ejemplo de buena experiencia: La misma aplicación mantiene un estilo visual consistente en todas sus pantallas, empleando los mismos elementos de interfaz y siguiendo una misma paleta de colores.
Prevención de errores
Ejemplo de mala experiencia: Un formulario de registro online no valida los datos ingresados por el usuario, permitiendo que se envíe información incorrecta y generando errores frustrantes.
Ejemplo de buena experiencia: El formulario de registro incluye validación de datos en tiempo real, alertando al usuario sobre errores de formato o información incompleta antes de enviar el formulario.
Reconocimiento antes que recuerdo
Ejemplo de mala experiencia: Un sitio web cambia constantemente la ubicación de los elementos de su menú principal, obligando al usuario a redescubrirlos cada vez que accede a la página.
Ejemplo de buena experiencia: El menú principal del sitio web se mantiene en una posición fija y utiliza una estructura consistente, permitiendo que el usuario lo encuentre fácilmente sin necesidad de memorizar su ubicación.
Flexibilidad y eficiencia de uso
Ejemplo de mala experiencia: Una plataforma de aprendizaje online no brinda diferentes opciones de navegación, obligando a los usuarios a seguir un camino lineal para acceder a los contenidos.
Ejemplo de buena experiencia: La misma plataforma permite a los usuarios navegar por los contenidos de diferentes maneras, adaptándose a sus preferencias y estilos de aprendizaje.
Estética y diseño minimalista
Ejemplo de mala experiencia: Un sitio web presenta una interfaz recargada con elementos visuales excesivos, colores llamativos y tipografías poco legibles, generando una experiencia visual abrumadora y poco atractiva.
Ejemplo de buena experiencia: El sitio web emplea un diseño minimalista con espacios en blanco, colores neutros y tipografías claras, creando una interfaz limpia y agradable a la vista.
Ayudar a los usuarios a reconocer errores y solucionarlos fácilmente
Ejemplo de mala experiencia: Un usuario comete un error al ingresar sus datos en un formulario online. El sistema no le indica qué campo está incorrecto ni le entrega ninguna guía para corregirlo.
Ejemplo de buena experiencia: El sistema resalta el campo con el error, proporciona un mensaje explicativo y da sugerencias para corregirlo de manera sencilla.
Ayudar a los usuarios a que se sientan satisfechos y realizados
Ejemplo de mala experiencia: Un sitio web no facilita ninguna opción de contacto ni soporte al usuario, generando frustración cuando este encuentra problemas o necesita ayuda.
Ejemplo de buena experiencia: El sitio web ofrece diferentes canales de contacto, como un formulario de contacto, un chat en vivo y un número de teléfono, además de una sección de preguntas frecuentes con información útil para resolver problemas comunes.
De esta forma, los 10 principios de usabilidad de Nielsen son una guía invaluable para crear interfaces que sean fáciles de usar, intuitivas y satisfactorias para los usuarios. Al aplicar estos principios de manera efectiva, podemos asegurarnos de que nuestras interfaces brinden una experiencia de usuario impecable que impulse la fidelización, la satisfacción y el éxito general de nuestro producto o servicio.
Recuerda: La usabilidad no es solo cuestión de estética, sino que abarca aspectos como la funcionalidad, la claridad, la eficiencia y la satisfacción del usuario. Invertir en una buena usabilidad es una inversión en el futuro de tu negocio.
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